‘Un festival contra la intolerancia’
Aquí estamos de nuevo, dispuestos a
darlo todo, sacando El Tranvía de cocheras para un nuevo paseo por las ondas de
Radio Villalba. La semana pasada caía en mis manos un interesante reportaje,
escrito por Mercedes Goiz, sobre el primer Festival Acoustik Bamako (FAB) que
se celebra en la capital de Malí, Bamako. ¿Qué tiene de especial la noticia?
No
sé si sabréis que Malí se encuentra, por culpa del terrorismo yihadista y una
rebelión tuareg, en unos momentos políticamente delicados, donde el estado de
emergencia sigue vigente. El Gobierno, que lo había instaurado hasta el 31 de
diciembre tras el ataque terrorista contra el lujoso Hotel Radisson Blu del 20
de noviembre, lo ha prologado tres meses más, hasta el punto de que el FAB ha
pendido de un hilo apenas tres semanas
antes de su celebración. Fue entonces cuando el gran maestro de la kora Toumani
Diabaté, alma del evento, y su equipo decidieron que no debían doblegarse ante
las amenazas de quienes a sangre y fuego pretenden acallar a un pueblo
orgulloso de una cultura en la que la música constituye su mayor riqueza.
“No es la política la que hace
avanzar a Malí, ni al África del siglo XXI, sino su música y su arte, y también
el deporte”, dice Toumani Diabaté, “este festival va a mover muchas cosas. Para
mí es una gran satisfacción ver que todos estos artistas internacionales han
aceptado venir. Es en momentos como estos cuando uno comprueba quiénes son sus
amigos”, agrega. Le acompañan el actor y músico afroamericano Gary Dourdan, el
cantante de Blur, Damon Albarn y el Jefe de los Griots, una casta de músicos a
la que Diabaté pertenece y que se remonta 700 años atrás a los tiempos del
Imperio Mandinga.
Toumani Diabate |
Malí adora su música y su cultura y
consume maliense. Hoy, gracias a Internet y pese a los escasos medios, artistas
jóvenes llenan estadios. Es el caso del hijo de Toumani, Sidiki Diabaté,
auténtico ídolo de masas y parte del cartel de este ambicioso festival. Sidiki
es un perfecto ejemplo de cómo la tradición de la kora y los modernos ritmos
hip hop pueden sonar en perfecta sintonía.
“Nuestra cultura se manifiesta a
través de la música. La música da la sonrisa. Si nos la quitan, es como si nos
arrancaran el alma y no es posible vivir sin alma. Para nosotros estar aquí es
muy importante porque nuestro grupo ha comenzado en Bamako”. Quien habla es Alí
Touré, cantante de Songhoy Blues, una formación de cuatro jóvenes músicos
provenientes de Tombuctú y Gao que desgranan sus trepidantes sonidos rock
macerados en los blues de Ali Farka Touré.
El grupo maliense Songhoy Blues en pleno festival |
Pero es la profusa presencia femenina
lo que llama la atención del FAB, que, lejos de velar a sus artistas, las ha
querido realzar. Las electrificantes Nahawa Doumbia, Djeneba Kouyate, Safi Diabaté
o la música de Dené Isebere, además de colmar los escenarios de belleza y
color, son una potente manifestación de resistencia, palabra que se repite
desde foros y escenarios y que expresa el reto que ahora mismo supone subirse a
un escenario de Malí, más en una mujer.
“Sí, sobre todo las mujeres estamos
expuestas; somos una provocación para esa gente. En un momento dado, tras el
atentado tenía miedo. Cada vez que me entrevistaban en la televisión o cantaba
no podía quitarme de la cabeza que alguien me miraba y que estaba en terreno
vedado, ya que para esa gente debería estar cubierta y sin salir de casa”,
confiesa Dené. “No pienso ceder. Ni Oumou Sangare, ni Nahawa, ninguna de
nosotras nos escondemos”, explica.
La cantante maliense Déné Issébéré |
“Hemos decidido resistir. Al día
siguiente de los atentados de Ouagadougou, yo tenía un concierto en el Instituto
Francés. No lo suspendí. Quise demostrar a esa gente que vamos a seguir
viviendo como queremos. Hicimos un llamamiento a través de las redes sociales y
el 16 de enero la sala, con capacidad para 300 personas, se llenó. Yo quiero
ser libre. No me voy a cubrir ni dejar de cantar. Es importante hacerlo, sobre
todo si eres mujer, porque somos el pilar de África, y si una mujer decide
resistir, su marido y sus hijos van a seguirla”. La gabonesa Pamela Badjogo
tiene claro que va a continuar viviendo de y con la música. Lleva diez años
viviendo en Bamako: “Aquí la cultura y la música están vivas. Si te falta
inspiración, hay que venir a Malí”.
La idea del Festival Acoustik Bamako era
no solo reanimar el pulso de Bamako, conocida por su rico circuito de locales
musicales, sino también dinamizar todas las industrias artísticas en torno a la
música. “Bamako necesitaba un oasis de relax y alegría en torno a la música y
nuestros invitados internacionales han demostrado que se puede venir a Malí y
beneficiarse de su rica cultura y seguridad”, asegura Fatou Sow, productora
ejecutiva del evento. Y añade: “En Malí sufrimos una falta brutal de recursos
humanos; por ello el FAB ha organizado también talleres de mezcla de sonido e
iluminación para crear puestos de trabajo para nuestros jóvenes”.
Damon Albarn, cantante de Blur, durante el Festival |
La valentía y el arrojo con los que
estos músicos hacen frente a los descerebrados de la intolerancia nos parece
encomiable. En este trayecto la música estará a cargo de estos valientes y las
lecturas, de la mano de Ali Ciente y YoNi LoKato, estarán dedicadas a las
letras africanas.
Antes de comenzar el recorrido por África,
contaremos con la colaboración en El Tranvía de Pablo Osés, guitarrista de la
banda Dark Hill. Esta banda de Heavy/Power Metal fue fundada en Madrid allá por 2011, y el próximo
viernes 26 de Febrero estarán en la sala Lemon, junto a Iago Cid Oficial y
Killjoy And Mr.Punchline, presentando su primer EP Leviathan. Les deseamos todo
el éxito que se merecen.
Ya sabéis, todo esto y alguna
sorpresa si cogéis El Tranvía que saldrá el próximo domingo a las 19:30 horas y
recorrerá las ondas de Radio Villalba hasta las 20:30 horas sintonizando el
107.4Fm, si te encuentras en la Sierra Norte de Madrid o, simultáneamente, a
través de nuestro blog donde subimos puntualmente nuestros trayectos.
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