jueves, 6 de mayo de 2010

TRAYECTO 337 7 de mayo 2010

¡Salud para todos los viajeros de este Tranvía herziano!


Este nuevo trayecto hemos decidido dedicarlo al cuento ese género literario que concentra la narración, a diferencia de la novela, que la expande. Borges dijo en alguna ocasión que escribía cuentos porque la novela le parecía una exageración. Para la ocasión tendremos como viajera a Isabel Garzo, que acaba de publicar “Cuenta hasta diez”, libro de relatos editado por Incógnita.


  Isabel Garzo (Madrid, 1984) es una periodista madrileña que ha desarrollado su experiencia profesional en campos muy diversos, desde periodismo deportivo hasta marketing corporativo, pasando por promoción musical y coordinación de proyectos culturales. Su principal vocación es la creación literaria, que le ha hecho ser merecedora de varios premios de narrativa. También trabaja como correctora de textos a través de su página web www.niunacoma.com y colabora para distintos medios como articulista. En la actualidad imparte una asignatura de expresión escrita en la UCM.




[caption id="attachment_396" align="aligncenter" width="430" caption="Isabel Garzo"][/caption]

 Cuenta hasta diez es un libro de relatos contemporáneos de sugerentes títulos. El hilo común que los une es un ritmo joven y reflexivo, un estilo sencillo centrado en los objetos y las sensaciones cuyo objetivo es comprender un poco mejor esas pequeñas cosas que tienen el poder de turbarnos más que las grandes. Están dirigidos a aquellas mentes que buscan un pistoletazo de salida para pensarse y sacar conclusiones.


 


  En su espacio “Músicas en la sombra”, Trudy hablará de la música Klezmer, que es la expresión musical de los Judíos Ashkenazim. El término "klezmer", en yiddish, deriva del arameo "kley zemer", "recipiente de cantos", refiriéndose al hombre que se expresa a través de la música. A diferencia de la música yemenita y sefardí, que cuentan con repertorio litúrgico y secular, la música klezmer es solamente secular porque es fundamentalmente instrumental (la música litúrgica hebrea es "a cappella"). Su difusión en Europa se debe a conjuntos de músicos Hebreos de Rusia y de Europa Oriental, que originalmente ejecutaban en ocasión de las fiestas judaicas, sobre todo en las bodas.




[caption id="attachment_398" align="aligncenter" width="340" caption="Oldklezmer"][/caption]

 Estos músicos itinerantes, llamados "klezmorim", tuvieron la posibilidad de exhibirse ante un público siempre diferente, a través de sus viajes, por lo que en su expresión originalmente hebraica han introducido elementos del folk europeo oriental y por lo tanto, han recibido la influencia de la música romaní, que a su vez ha tomado elementos del klezmer. La música klezmer logra expresar las emociones alegres y tristes de la vida a través de la melodía, el canto y la danza. Los klezmorim forman una categoría particular dentro de la comunidad judía, que transmite la tradición artística de generación en generación. En el seno de la sociedad europea, ellos son uno de esos grupos privilegiados que, gracias a sus habilidades artísticas, son apreciados "a pesar de su pertenencia étnica", lo mismo que los artistas Rom.



 Carlos Miranda seguirá su recorrido por la literatura centroeuropea de entreguerras. Como ya hizo hace unos meses en las dos primeras entregas con Arthur Schnitzler, Stefan Zweig, Joseph Roth, Hermann Broch, Robert Musil y Sándor Márai, en esta tercera y última entrega pasará por la vida y obra de Robert Walser y Blaise Cendrars.



 La vida de Robert Walser (1878-1956) es una de las más apasionantes tragedias de la literatura centroeuropea del siglo XX. Admirado por los más destacados escritores y pensadores de la época, Walser vivió una permanente “lucha con la existencia”. Su vida, semejante a la de sus personajes, fue inquieta y errática, siempre escapando a cualquier forma de duración o permanencia. Vivió siempre, de un lugar a otro, sin domicilio fijo. Las palabras en sus escritos son un fluido casi natural de su imaginación. Su estilo es siempre de aire libre, de vagabundeos y ensoñaciones, aderezado por un tono de indecisión y de duda permanente para advertirnos de que probablemente miente, que acaso el texto no sea más que una tentativa de fuga. Walser es el más extraño de los escritores, pero su extrañeza no es sombría. Lo asombroso, lo que resulta extraordinario en Walser, es que vivía sus fantasías poéticas, como el resto de la humanidad vive sus ambiciones, o dicho de un modo más taxativo: nunca perdió la ingenuidad. Como nos decía en El Tranvía nuestro querido Enrique Vila-Matas, “para ser poeta, hay que llevar una vida de poeta”.



 



 Blaise Cendrars (1887-1961) es otro escritor cuya vida de poeta le llevó a hacer todo lo posible por reinventar continuamente su existencia. Sus viajes, reales e imaginarios, son la fuente principal de su poesía y de su prosa. Cendrars fue poeta, soldado, marinero, director y guionista de cine, apicultor, periodista, buzo, novelista, vagabundo, contrabandista y un sinfín de oficios que le llevaron a vivir todo tipo de experiencias exóticas por todo el mundo. Fue, sobre todo, un hombre de acción, rebelde e inconformista, relacionado con las más importantes figuras de la vanguardia artística. En sus libros hay constantes referencias a viajes y aventuras increíbles, cuyo espíritu y ritmo narrativo, casi cinematográfico, refleja perfectamente estas palabras suyas:


“Partir. Emprender el viaje. Correr de cara a la muerte por la gran ruta, de París al corazón de la soledad, al otro lado del mundo… siempre adelante…” 




[caption id="attachment_400" align="aligncenter" width="250" caption="Blaise Cendrars"][/caption]


 Esto y mucho más con el aliño especial que siempre ponen Ali Ciente y YoNi LoKato, esa música y esas lecturas elegidas especialmente para vosotros queridos tranviarios. Esperamos haceros pasar un buen rato.


Procurar ser felices

2 comentarios:

  1. Da gusto subirse a este tranvía.
    Un placer haber compartido ese rato con vosotros el viernes.
    ¡Saludos a Juanky y Ali!

    Isabel.

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  2. El placer ha sido mutuo, la pena es no haber compartido la cena tambien. Nos vemos en la novela.

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