“Tributo reggae a Bob Dylan”
¿Cómo va el verano queridos tranviarios? Esperamos que estupendamente, nosotros después de una semana de asueto este viernes proponemos un viaje musical, en clave de reggae, por la obra del maestro Bob Dylan, versiones de varias bandas para refrescarnos este veranito.
Queremos dedicarle este trayecto a uno de esos personajes que, de repente, se cruzan en nuestras vidas y nos dejan esa marca especial que nos da un empujón para seguir viviendo con un poco más de optimismo, me refiero a Juan, “el cósmico”, un viajero impecable y una persona transparente con la que da gusto charlar, además, gracias a él escucharemos esos temas de Dylan y unos fondos musicales, una evocación a la India, para nuestras habituales lecturas. Desde El Tranvía un fuerte abrazo Juan, te deseamos lo mejor.
Carlos Miranda nos hablará de la novela El libro salvaje, del escritor mexicano Juan Villoro (Ciudad de México, 1956). En esta historia, la pasión por la lectura, los libros y los lectores se juntan en una trama que atrapa al lector de principio a fin. El libro salvaje es una novela perfecta para iniciar a niños y jóvenes en el placer de la lectura, ya que es un homenaje que rinde el autor, en clave autobiográfica y fantástica, al mundo de los libros.
[caption id="attachment_487" align="aligncenter" width="300" caption="Juan Villoro"][/caption]
En este libro, Villoro capta con claridad las diversas razones que pueden llevar a un niño, a un adulto o a un anciano a leer un libro. Una puerta hacia nuestra intimidad y a la vez un puente visible hacia otras personas y otras experiencias. Un medio eficaz para estar acompañado en soledad y para forjar la paz de los solitarios en medio de las multitudes. Un instrumento, al fin y al cabo, para pensar y para amar.
No faltará el cine, haremos un recordatorio para uno de los eternos actores secundarios, o de reparto como se dice ahora, Antonio Gamero, que fallecía el pasado 26 de julio. David Trueba escribía en una columna al día siguiente:
“(..) El rasgo más habitual de una persona sin importancia es darse importancia. Con respecto a los actores suele darse la confusión de pensar que el aspecto es primordial, que la buena planta, la mirada intensa, el gesto estudiado, son detalles fundamentales. Y es exactamente lo contrario. El esfuerzo consiste en rebajar a cotidiano lo extraordinario. Era el caso de Gamero. Había en él un empeño casi genético por ser un tipo vulgar. Sabía que parecerse a Pepe Isbert era acercarse a la esencia y que hasta los guapos galanes, con el tiempo, tienen que deteriorarse para hacerse eternos, porque la belleza es efímera pero la normalidad no. (..)”
¿Qué más se pude decir?
[caption id="attachment_489" align="aligncenter" width="300" caption="Antonio Gamero en "El oro de Moscú""][/caption]
Hasta la próxima querida tranviarios, os esperamos el viernes, en directo, en El Tranvía que recorrerá las ondas de Radio Villalba entre las 19:30 y las 21:00. Y, como siempre, a disfrutar.